Gracias. Ahí va...
P
Mírala como conduce, tan concentrada como siempre. Le gusta conducir, no como a mí, y menos en momentos como éste, después del concierto, con la música aún sonando en mi cabeza. Ha estado bien el concierto. Le regalé las entradas por su cumpleaños porque sé que le gusta ese grupo, pero yo también lo he disfrutado. Sobretodo la parte final, más tranquila, en la que le he podido coger la mano, porque antes ha estado todo el rato echada hacia delante en el asiento, parecía que más que escuchar la música, la absorbía… Pobre, siempre tan concentrada, no se relaja nunca, a veces creo que ni cuando hacemos el amor. Se queda como quieta, siempre con los ojos cerrados. Pero no es cierto, se relaja bastante cuando va al gimnasio, o cuando habla con sus amigas, sobretodo al teléfono. Tiene la manía de tirarse en el sofá con el teléfono y ni la tele puedo ver. Al final me tengo que ir al ordenador muchos días. Y luego encima viene y se queja si estoy chateando con Adán o con cualquier otro. Pero bueno, eso lo llevamos bien, cada uno sus amigos y si a veces se juntan, pues vale, pero nos gusta tener una parte de nuestra vida reservada a nosotros mismos. Muchas veces simplemente coincidimos y eso es aún mejor. Por ejemplo a los dos nos encanta el fútbol, sobretodo a ella. Y también leemos mucho, sobretodo él. Seguro que ahora al llegar a casa, con lo tarde que es y jueves, aún se pone a leer un rato. No es que me moleste, pero luego se queja por la mañana y no hay quien lo levante. Así nos va, que siempre salimos tarde y la mayoría de los días llego tarde al trabajo por su culpa. A veces no lo entiendo porque con lo nervioso que es, que todo le parece un drama, no pone remedio. Siempre va con esa relajación y luego de repente se pone como loco porque llega tarde o porque no ha tenido tiempo de hacer esto o aquello, pero es que no se organiza. Eso sí, para chatear con Adán siempre tiene tiempo. Además luego es un poco egoísta, porque mira he tenido que conducir yo de vuelta, a mí que no me gusta conducir de noche. Y ahora que llegamos a casa ya verás, míralo, va un paso antes que yo pero al llegar a la puerta ahí se queda, con las manos en los bolsillos, esperando que yo, como siempre, saque la llave. En fin por lo menos el detalle del concierto ha estado bien, aunque me temo que hubiera preferido regalarme sólo una entrada, es uno de mis grupos favoritos pero seguro que a él no le ha gustado nada.